Elliot fue abandonado en una colonia y rescatado con una pata lesionada que ha tenido que ser operada; aunque, seguramente, se quede cojo.
Abandonar a los gatos en una colonia es condenarlos a una muerte casi segura, ya que las jerarquías entre ellos están muy marcadas y se rechazan individuos nuevos. 
Elliot pasó semanas acosado y asustado hasta que pudo sentirse seguro en el refugi. A raíz de esto hemos descubierto que es un gato muy adorable y muy mimoso.  Tiene mucho amor para dar y necesita una familia que quiera recibirlo.